Rajoy denuncia que «los extranjeros cobran el paro y los españoles emigran»

El líder del PP pide al Gobierno que reforme la Ley de Extranjería: «No basta con las palabras del ministro de Trabajo, hay que actuar»

Mariano Rajoy urgió al Gobierno a reformar la política de extranjería con el argumento de que muchos extranjeros cobran en España el seguro de desempleo mientras los españoles emigran a Francia para trabajar en la vendimia. El líder del PP pretendía así hurgar en las discrepancias internas del Ejecutivo al respaldar los planteamientos del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que fue corregido por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, cuando señaló que las contrataciones de extranjeros en origen tenderán a cero a la vista del crecimiento del paro.Rajoy dijo entonces que «liquidar la inmigración legal» suponía dejar la puerta abierta a la ilegal. Entonces, secundó a su presidente el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, quien, no obstante, ya asumió que la iniciativa del titular de Trabajo «va en la buena dirección». Ayer le pareció todavía más conveniente al líder de la oposición relacionar el paro y la inmigración y pidió a José Luis Rodríguez Zapatero que tome medidas para reducir el índice de desempleo con cambios en la Ley de Extranjería.En su intervención ante la Junta Directiva de su partido -máximo órgano entre congresos-, Rajoy arremetió contra el Gobierno por su «división obscena» y la «descoordinación» entre los ministros. Pidió al presidente que gobierne para paliar las consecuencias negativas de la crisis económica en el mercado laboral español. «Hay 180.000 extranjeros cobrando seguro de desempleo y ya volvemos a tiempos pasados: hay 20.000 andaluces que han pedido trabajo en la vendimia francesa», dijo.

Gobierno paralizado

El PP intenta demostrar que el gabinete de Rodríguez Zapatero tiene muchos problemas internos y está paralizado por su descoordinación e impotencia ante la magnitud de la crisis económica. Por su parte, Rajoy se presentó como la solución a las dificultades, hizo valer iniciativas de su programa alternativo e intentó demostrar que ejerce la oposición para impulsar la acción del Gobierno. En consecuencia, reclamó al Consejo de Ministros que introduzca cambios en la legislación y pase de las palabras a los hechos e introduzca en la legislación mayores exigencias a los inmigrantes para su reagrupación familiar o permanencia en España. «No basta con las declaraciones del ministro de Trabajo, que no están mal», dijo en referencia al anuncio de Corbacho sobre la reducción de las contrataciones de inmigrantes en origen. «Hay que actuar», exigió. También explicó que el gabinete socialista «es ineficaz en lo importante» y no se encarga de resolver los problemas por su falta de cohesión interna y a causa de su debilidad parlamentaria. «Debe reformar ya la política de inmigración», insistió. A pesar de que las aguas del PP bajan tranquilas, no faltan dirigentes que aprecian una cierta atonía en sus filas. Políticos populares con trayectoria contrastada aseguran que el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero vive sus horas más bajas a causa de la coyuntura económica, de su bajo perfil político y de la carencia de un proyecto compartido. Sin embargo, ellos tienen la sensación de que su partido no obtiene la rentabilidad política que debiera de la debilidad de sus adversarios. «Falta ilusión», diagnostica un miembro del grupo parlamentario. Otro veterano dirigente admite que el nuevo equipo que salió del congreso de Valencia está ilusionado y volcado en su nueva tarea pero considera que el resto del partido no les sigue con el mismo impulso, como en su día acompañó a José María Aznar. «No estamos, como en los 90, remando todos en la misma dirección», asevera. El Grupo Parlamentario salió satisfecho del cara a cara de su líder con el presidente del Gobierno en el Congreso, la semana pasada, y no sólo celebró su discurso sino sobre todo su réplica. Sin embargo, la indiferencia era ayer la tónica general en el ánimo de los miembros de la Junta Directiva tras la intervención su presidente en la primera reunión del nuevo órgano surgido del congreso nacional, en la que sólo pidieron la palabra una diputada y, como siempre, el presidente fundador, Manuel Fraga. Se esperaba más pasión en la arenga a los nuevos directivos, que se disponen a renovar sus estructuras organizativas territoriales con la vista puesta en las elecciones municipales y autonómicas del año 2011. «Mariano es así. Muy desigual, lo mismo sube que baja», explicó un ex ministro.