Julio y agosto dejaron 391 accidentes y 450 fallecidos, 89 menos que en 2007
La siniestralidad en carretera ha retrocedido este verano a números de hace 44 años, cuando el parque móvil tenía dos millones de vehículos y el censo de conductores era de apenas cuatro millones. Casi medio siglo después, con 30 millones de automóviles y seis veces más de carnés, la mortalidad vial se ha metido en el túnel del tiempo y «ha recuperado el tiempo perdido», según proclamó ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.Así, durante julio y agosto, los meses tradicionales con mayor número de muertos, registraron este año 391 accidentes mortales en los que fallecieron 450 personas, 89 menos que en 2007 y la mitad que en 2003, cuando perdieron la vida 928 personas.Precisamente desde ese año comenzó una tendencia descendente de las víctimas mortales en el periodo estival que duró hasta ayer, con la única salvedad del pasado agosto, el que se produjo un ligero repunte por el incremento de los motoristas fallecidos.En este lustro las personas que han perdido la vida en la carretera cada día han caído de 13 a 7, lo que supone un descenso del 47%, una cifra «significativa» porque refleja la madurez que han ido adquiriendo los conductores y el recorrido que están teniendo las políticas de seguridad vial, tanto el carné por puntos como la reforma del Código Penal que castiga las altas alcoholemias y los excesos de velocidad.«Aunque hablar de 450 muertos nunca es positivo, este verano se ha roto el mito de que las altas cifras de mortalidad era un precio que había que pagar por la modernidad. Hemos retrocedido 44 años y ahorrado el sufrimiento de 89 familias con respecto al año pasado. Esto es lo importante», señaló el ministro del Interior.ClavesLa disminución de los fallecidos ha venido acompañado de una caída del 4,5% de los desplazamientos de largo recorrido, es decir, aquellos de más de 100 kilómetros. Un descenso que favorece la fluidez de las entradas y salidas durante los días con mayor circulación del verano: comienzo y final de mes, quincenas y jornadas festivas (los días 25 de julio y 15 de agosto).Otras consecuencias son el descenso del número de motoristas fallecidos (un 30% menos), la reducción a la mitad de los atropellos mortales (de 36 a 20) y los accidentes en todas las franjas de edad excepto entre los 45 y 54 años.
La siniestralidad en carretera ha retrocedido este verano a números de hace 44 años, cuando el parque móvil tenía dos millones de vehículos y el censo de conductores era de apenas cuatro millones. Casi medio siglo después, con 30 millones de automóviles y seis veces más de carnés, la mortalidad vial se ha metido en el túnel del tiempo y «ha recuperado el tiempo perdido», según proclamó ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.Así, durante julio y agosto, los meses tradicionales con mayor número de muertos, registraron este año 391 accidentes mortales en los que fallecieron 450 personas, 89 menos que en 2007 y la mitad que en 2003, cuando perdieron la vida 928 personas.Precisamente desde ese año comenzó una tendencia descendente de las víctimas mortales en el periodo estival que duró hasta ayer, con la única salvedad del pasado agosto, el que se produjo un ligero repunte por el incremento de los motoristas fallecidos.En este lustro las personas que han perdido la vida en la carretera cada día han caído de 13 a 7, lo que supone un descenso del 47%, una cifra «significativa» porque refleja la madurez que han ido adquiriendo los conductores y el recorrido que están teniendo las políticas de seguridad vial, tanto el carné por puntos como la reforma del Código Penal que castiga las altas alcoholemias y los excesos de velocidad.«Aunque hablar de 450 muertos nunca es positivo, este verano se ha roto el mito de que las altas cifras de mortalidad era un precio que había que pagar por la modernidad. Hemos retrocedido 44 años y ahorrado el sufrimiento de 89 familias con respecto al año pasado. Esto es lo importante», señaló el ministro del Interior.ClavesLa disminución de los fallecidos ha venido acompañado de una caída del 4,5% de los desplazamientos de largo recorrido, es decir, aquellos de más de 100 kilómetros. Un descenso que favorece la fluidez de las entradas y salidas durante los días con mayor circulación del verano: comienzo y final de mes, quincenas y jornadas festivas (los días 25 de julio y 15 de agosto).Otras consecuencias son el descenso del número de motoristas fallecidos (un 30% menos), la reducción a la mitad de los atropellos mortales (de 36 a 20) y los accidentes en todas las franjas de edad excepto entre los 45 y 54 años.
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