Marbella
Las mujeres que denunciaron a los policías locales declaran que eran golpeadas por los agentes desde hacía meses
A pesar de ser testigos protegidas, Estefanía, Nicole y Jacqueline -probablemente nombres ficticios- se presentaron ayer en los juzgados de Marbella después de conceder entrevistas a varias televisiones nacionales para ofrecer su versión de la polémica que esta semana se cierne sobre seis policías locales que, al parecer, frecuentaban la casa para consumir drogas. Jacqueline, presuntamente maltratada, y Nicole, supuesta víctima de una violación, ambas por el mismo agente, entraron en el juzgado sin mediar palabra. Estefanía, que se presentó ante los medios como masajista, sí quiso repetir públicamente lo que había declarado días antes en la Policía Nacional. «Tengo mucho miedo, dicen que nos van a matar», fueron sus primeras palabras. Primero dio la espalda a las cámaras de televisión, luego se enfrentó a ellas con tan sólo unas gafas de sol y finalmente lo hizo a cara descubierta para asegurar que las palizas a sus compañeras eran «habituales» desde hacía «siete u ocho meses». Según dijo, los policías detenidos, que se llamaban en la vivienda por sus motes, empezaron a acudir por estas fechas al establecimiento, ubicado en la urbanización Nueva Andalucía y conocido popularmente como 'La Casita Azul'; un local donde, según las fuentes consultadas, se ejercía la prostitución, se servían copas y drogas y hasta se alquilaban habitaciones a 50 euros el día. «Eran un grupo de amigos, pero cuando se acababa la droga empezaban las palizas», comentó la testigo a su llegada a los juzgados.La peleaLa mujer, que reconoció las actividades ilícitas que tenían lugar en la vivienda, declaró ante la policía que el pasado jueves uno de ellos golpeó a Jacqueline porque no le suministró cocaína. «Estaba muy drogado y ella se negó a dársela. El otro policía, novio de ella, vio cómo le pegaba en medio de una fiesta y no hizo nada. Luego mi amiga acudió a casa de Nicole toda ensangrentada y ella decidió que no podían aguantar más. Tenía la nariz y las costillas rotas y los ojos amoratados. Nicole también denunció al mismo agente por haberla violado cuatro meses antes. La ató a la cama con sus esposas y le apuntó con la pistola en la sién», declaró. «¿Dónde conseguíamos la cocaína? Bueno, cuando faltaba, los policías salían a la calle en busca de camellos y se quedaban con la droga que les incautaban».Lo de ayer fue un circo mediático. Las tres testigos protagonizaron varios altercados en los juzgados. De un lado, con los familiares de los dos policías detenidos que prestaron declaración ante el juez. De otro, con imputados en otros casos que tienen que acudir a firmar el día 1 de cada mes ante el juez y que, casualmente, la mayoría eran clientes del establecimiento, al parecer muy popular en Marbella a pesar de no exhibir ningún cartel en la puerta de entrada.
Las mujeres que denunciaron a los policías locales declaran que eran golpeadas por los agentes desde hacía meses
A pesar de ser testigos protegidas, Estefanía, Nicole y Jacqueline -probablemente nombres ficticios- se presentaron ayer en los juzgados de Marbella después de conceder entrevistas a varias televisiones nacionales para ofrecer su versión de la polémica que esta semana se cierne sobre seis policías locales que, al parecer, frecuentaban la casa para consumir drogas. Jacqueline, presuntamente maltratada, y Nicole, supuesta víctima de una violación, ambas por el mismo agente, entraron en el juzgado sin mediar palabra. Estefanía, que se presentó ante los medios como masajista, sí quiso repetir públicamente lo que había declarado días antes en la Policía Nacional. «Tengo mucho miedo, dicen que nos van a matar», fueron sus primeras palabras. Primero dio la espalda a las cámaras de televisión, luego se enfrentó a ellas con tan sólo unas gafas de sol y finalmente lo hizo a cara descubierta para asegurar que las palizas a sus compañeras eran «habituales» desde hacía «siete u ocho meses». Según dijo, los policías detenidos, que se llamaban en la vivienda por sus motes, empezaron a acudir por estas fechas al establecimiento, ubicado en la urbanización Nueva Andalucía y conocido popularmente como 'La Casita Azul'; un local donde, según las fuentes consultadas, se ejercía la prostitución, se servían copas y drogas y hasta se alquilaban habitaciones a 50 euros el día. «Eran un grupo de amigos, pero cuando se acababa la droga empezaban las palizas», comentó la testigo a su llegada a los juzgados.La peleaLa mujer, que reconoció las actividades ilícitas que tenían lugar en la vivienda, declaró ante la policía que el pasado jueves uno de ellos golpeó a Jacqueline porque no le suministró cocaína. «Estaba muy drogado y ella se negó a dársela. El otro policía, novio de ella, vio cómo le pegaba en medio de una fiesta y no hizo nada. Luego mi amiga acudió a casa de Nicole toda ensangrentada y ella decidió que no podían aguantar más. Tenía la nariz y las costillas rotas y los ojos amoratados. Nicole también denunció al mismo agente por haberla violado cuatro meses antes. La ató a la cama con sus esposas y le apuntó con la pistola en la sién», declaró. «¿Dónde conseguíamos la cocaína? Bueno, cuando faltaba, los policías salían a la calle en busca de camellos y se quedaban con la droga que les incautaban».Lo de ayer fue un circo mediático. Las tres testigos protagonizaron varios altercados en los juzgados. De un lado, con los familiares de los dos policías detenidos que prestaron declaración ante el juez. De otro, con imputados en otros casos que tienen que acudir a firmar el día 1 de cada mes ante el juez y que, casualmente, la mayoría eran clientes del establecimiento, al parecer muy popular en Marbella a pesar de no exhibir ningún cartel en la puerta de entrada.
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