Advierte de la dependencia del mercado doméstico y de emisores internacionales afectados por la recesión así como la lejanía con los países asiáticos, que son los que más crecen
España será uno de los destinos turísticos más castigados este año por la crisis, aunque mantendrá la segunda posición mundial tanto en ingresos como en número de turistas extranjeros, ya que tampoco será un buen año para sus competidores más inmediatos ni para el turismo internacional.Éste es el panorama del sector que ha dibujado, en declaraciones a Efe, el secretario general de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Francesco Frangialli, quien prevé un crecimiento inferior al 3% en el número mundial de turistas en el conjunto del presente ejercicio.Según Frangialli, las previsiones optimistas de principios de año, avaladas por un repunte interanual del 5% del turismo mundial hasta abril -6,6% por ciento en 2007-, se han vuelto ahora más pesimistas.La inversión de la coyuntura para el sector empezó con las vacaciones estivales de los países del hemisferio norte, lo que se observa, sobre todo, en la cuenca mediterránea, donde las limitaciones cada vez mayores del poder adquisitivo han llevado a los consumidores a reducir sus gastos en vacaciones.La región podría cerrar el año con un resultado negativo o crecimiento cero en el mejor de los casos, aunque Frangialli ha querido ser cauto y ha matizado que aún falta el balance de septiembre y que algunos destinos, como Túnez, se han visto favorecidos al contar con una oferta mucho más barata.La caída del gasto compromete los ingresos por turismo internacional y será difícil superar los 605.000 millones de euros alcanzados en 2007, un 5,6% más que en 2006.En opinión de Frangialli, la situación en España es más difícil que en otros destinos tradicionales, ya que el mercado doméstico, muy importante para el sector español, se ve afectado no sólo por la desaceleración de la economía, sino también por la crisis inmobiliaria, a la que tampoco es ajeno el Reino Unido, primer mercado emisor de nuestro país.A la reducción de poder adquisitivo se suma el encarecimiento del transporte aéreo por el alza del precio del combustible. Las compañías de bajo coste están en un momento delicado porque el queroseno representa un 50% de sus costes.ConsejosDesde la OMT recomiendan a España que para defender su liderazgo mundial deben reorientar la política de promoción hacia Rusia, los países del golfo Pérsico y Asia teniendo en cuenta los diferentes segmentos de demanda. Según Frangialli: «las oportunidades de España están en estos mercados y en el turismo de gran lujo, así como en el de categoría baja, segmento para el cual contamos con una oferta más amplia que Francia o Italia».Entre las desventajas destaca la escasez de vuelos directos con Asia, Rusia y los países del golfo Pérsico, y el alejamiento geográfico de España de las principales puertas de entrada del turismo asiático en Europa, como por ejemplo Alemania, lo que dificulta la inclusión de Madrid, Barcelona o Palma de Mallorca en los circuitos de ocho días que suelen realizar esos turistas durante su corta estancia en nuestro continente. Desde la OMT insisten en que el constante incremento de la competencia mundial en el turismo ha contribuido a destacar la importancia creciente del papel de los destinos. Centros de atracción, complejos turísticos, ciudades y regiones están cobrando más relevancia que los propios países como elementos de decisión de un viaje, y ese fenómeno lleva consigo la descentralización de la imagen de marca y del márketing. Esa transformación está en el núcleo de la reciente IV Conferencia Internacional de la OMT sobre «Gestión y márketing de destinos: dos instrumentos estratégicos para lograr un turismo de calidad». En ella se trató de las tendencias y los cambios recientes del mercado turístico mundial y de la difícil situación en la que se encuentran los destinos turísticos exigen políticas y estrategias nuevas, y estructuras eficaces.
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