El Málaga mete la segunda marcha y encuentra al fin el gol

Tras estar contra las cuerdas en el primer cuarto de hora, recuperó la confianza antes del descanso con cuatro buenos centros, entre ellos el que supuso el 1-0. Falló varias oportunidades en la segunda parte, pero logró un merecido triunfo


EL PARTIDO
MÁLAGA2 - VALLADOLID1AlineacionesMálaga: Arnau (1); Jesús Gámez (1), Hélder Rosário (2), Weligton (3), Calleja (2); Lolo (2), De Barros (1); Duda (1) -Apoño (1), minuto 58-, Adrián (1) -Nacho (1), minuto 72-, Eliseu (1), y Baha (1) -Luque (s. c.), minuto 86-. Valladolid: Asenjo (2); Pedro López (1), Baraja (2), Nano (1) -Medunjanin (3), minuto 59-, Marcos (1); Borja (2), Vivar Dorado (1); Escudero (1) -Víctor (1), minuto 39-, Canobbio (0) -Pedro León (1), minuto 59-, Jonathan (2), y Ogbeche (1). Goles1-0, minuto 34: Saque de esquina de Duda, el balón queda suelto y Weligton cede en corto a Lolo, que envía el balón raso y ajustado al palo derecho.2-0, minuto 55: Internada de Eliseu por la izquierda con centro por delante de la defensa y Adrián marca ante Asenjo.2-1, minuto 64: Pedro León aprovecha un rechace de Arnau tras disparo de Medunjanin.ÁrbitroMegía Dávila (madrileño).AmonestadosMostró la tarjeta amarilla a Lolo, Vivar Dorado, Baha, Marcos, Jesús Gámez y Borja. EstadísticaMálaga ValladolidTiros a puerta 4/8 4/9Saques de esquina 5 2tarjetas amarillas 3 3expulsiones 0 0CampoPoco más de media entrada (exactamente 18.068 espectadores) en una tarde desagradable, con lluvia en algunas fases del encuentro. El terreno de juego no acusó el agua caída en los últimos días.el mejorWeligtonEstuvo im-perial. El central estuvo soberbio en todas las inervenciones y fue un valladar. También Hélder Rosário recuperó el nivel de sus mejores tardes. Asimismo destacaron Lolo y el visitante Medunjanin.

Al Málaga le faltaba el paso definitivo, un triunfo que le hiciera recuperar la autoestima y adquirir confianza, una virtud imprescindible en cualquier equipo. Consiguió darlo ante el Valladolid en un partido en el que, a veces desmelenado, se olvidó de la primera marcha y metió la segunda en varias fases. Como recompensa llegaron las ocasiones, el primer gol y un triunfo balsámico para otear el futuro con prudente optimismo.Antonio Tapia recalcó su satisfacción al término del encuentro con el Valencia. Muchos no lo entendieron, pero el fuengiroleño asumió que frente al potente conjunto de Emery al fin había comprobado que el margen de mejora es real, no una simple teoría. Por eso ayer repitió alineación y dejó en el banquillo a Miguel Ángel o Fernando, y a los renqueantes Luque y Nacho. Era un voto de confianza en toda regla, la prueba más palpable de esa mesurada felicidad del entrenador por la imagen ofrecida tres días atrás.El comienzo del partido fue como una prolongación del anterior encuentro, con un Málaga totalmente desarbolado. Durante doce minutos el Valladolid fue el dueño del balón. Jonathan Sesma fue un vendaval ante Jesús Gámez, y la movilidad de sus compañeros obligaba al equipo blanquiazul a correr detrás del esférico, encerrado en su parcela. Los pitos del público y un remate de tacón de Ogbeche que se marchó cerca del poste acabaron con la siesta local.Papel de visitanteEl Málaga también representó el papel de visitante durante el primer cuarto de hora por su manifiesta incapacidad para sacar el balón. El Valladolid presionaba arriba con sus cuatro elementos ofensivos y recuperaba el esférico con facilidad. La única solución era el golpeo en largo en busca de un punta y que este retuviera el balón para que el equipo pudiera ganar metros. Y así lo hizo al filo del cuarto de hora. Al toque de corneta se sumó Calleja, que olvidó su rol de lateral izquierdo y sirvió el primer centro decente desde que empezó el campeonato. Adrián se echó encima del balón y remató defectuosamente. Pero el camino ya estaba abierto.Aunque el Málaga siguió con el juego volcado a la izquierda -Duda no acaba de adaptarse a la posición de volante derecho y Jesús Gámez ni osó subir-, al menos encontró la fórmula para que entraran en juego no sólo Calleja y Eliseu, sino otros futbolistas. Adrián se dejó ver en algún desmarque en ruptura, Baha trató de abrir pasillos y hasta De Barros, liberado gracias a la omnipresencia de Lolo, trató de contribuir para obtener superioridad numérica. Así llegaron una falta, lanzada por Duda y en la que Lolo ya avisó de su peligro en el área, y otro centro de Calleja que desembocó en el córner que originó el primer gol. Para proseguir con la serie, el cuarto centro óptimo le correspondió a Duda y acabó con los más de 390 minutos de sequía.El Málaga se había decidido a cambiar de marcha y por momentos, sin excesiva brillantez, acogotó al Valladolid. Sólo le faltó pasar de la segunda a la tercera para aprovechar la inesperada ausencia de Javi Baraja los trece últimos minutos de la primera parte. El ex filial se marchó al vestuario a recibir algunos puntos en la ceja y su demora provocó la desesperación de Mendilibar, obligado a mantener a su equipo con diez. Es más, un inoportuno resbalón de Hélder Rosário estuvo a punto de acabar en el empate.Los cuatro centros de la primera parte motivaron a Eliseu, que también se decidió a tomar la iniciativa. En el primer minuto de la segunda parte se equivocó al apurar su internada en vez de buscar con un centro raso por delante de la defensa a Adrián y Baha, que se incorporaban con clara ventaja. Aprendió la lección y en su siguiente opción, en la culminación de una jugada bien trenzada desde campo propio por Duda y Baha, hizo lo que debía. Adrián engañó a Asenjo con el amago y remató a placer.La elaboración de ese gol devolvió toda la confianza al equipo. Justo es reseñar que pudo producirse tres minutos antes, en un cambio de juego de Eliseu desde la derecha, un toque sutil de Duda en la izquierda y una inmejorable ocasión que desperdició Baha en el mano a mano con el portero.El partido estaba totalmente de cara y llegaron los cambios. Tapia probablemente se precipitó al querer hacerse con el control del balón. Introdujo a Apoño, prescindió de Duda y escoró a De Barros a la derecha. Al mismo tiempo Mendilibar cambiaba el sistema, pasaba a jugar con tres defensas y un solo medio de contención para acumular 'por dentro' a Medunjanin, Vivar Dorado y Víctor. El Valladolid resucitó, recortó la desventaja y metió el miedo en el cuerpo.La realidad es que el equipo visitante vio a tiro el empate y se creció, pero encontró una firme oposición en el campo (un Málaga compacto y sólido) y en la grada (una afición volcada). Entre Apoño y Eliseu desperdiciaron hasta tres ocasiones clamorosas. En el plano defensivo Tapia rescató a Nacho como centrocampista para pegarse a Medunjanin, el futbolista con el que el Valladolid había dado un importante salto cualitativo. Igual que en otras cuestiones se puede dudar del acierto del entrenador también es obligado destacar que al primer fallo del malagueño cambió de inmediato para situar a De Barros junto al bosnioholandés. En la última media hora sólo Vivar Dorado intimidó a Arnau, que tapó bien el primer palo.Tapia también arriesgó en exceso con el último cambio. En vez de recurrir a Fernando o incluso a Miguel Ángel forzó la entrada en el minuto 86 de Luque, todavía con molestias el sábado -de lo contrario habría sido titular-, y el catalán se rompió en su segunda intervención. Sea o no la lesión en la misma zona, fue una medida a todas luces innecesaria que se paga muy caro. Es un jugador demasiado importante para el Málaga. El Málaga al fin despega. Ya comienza a sentirse con capacidad para ganar en Primera. Queda otra asignatura pendiente: dar la talla a domicilio. Veremos en Huelva...