La temporalidad aboca a miles de jóvenes a encadenar más de cinco contratos cada año

MÁLAGA

Uno de cada cuatro empleos suscritos por los miembros de este colectivo dura menos de un mes. La inestabilidad laboral afecta al 91% de los menores de 30 años y les impide emanciparse y prosperar

EVENTUALES. La mayoría de jóvenes suscribe empleos de corta duración asociados a sectores estacionales como el turístico.

EL INFORME, EN CIFRAS
El último informe sobre el 'Mercado de trabajo de los jóvenes en Málaga. 2007', realizado por el Observatorio Ocupacional del Servicio Público de Empleo Estatal, arroja una completa radiografía sobre este sector:



Peso en el mercado de trabajo: El 25% del total de malagueños afiliados y en alta en la Seguridad Social son trabajadores jóvenes. Esto es, 148.126 de l total de 586.820. De ellos, el 53,77% son varones y el 46,23% mujeres.

Régimen de cotización: El 88,4% de los jóvenes afiliados pertenece al Régimen General. Le siguen a gran distancia los autónomos (8%) y los suscritos al régimen especial agrario, 2,57%.

Demandantes de empleo: En Málaga, el 22% de los demandantes de trabajo tienen menos de 30 años. En total, el colectivo suma 30.773 aspirantes.

Contratos: En 2007 los jóvenes malagueños firmaron 316.861 empleos, lo que representó el 45,9% del total de puestos asignados en Málaga.

Parados: De los 30.733 jóvenes demandantes de empleo el 73% (22.435 tienen la consideración de desempleados de acuerdo con la Orden Ministerial.

Rotación: Según el informe del SPEE a lo largo del pasado ejercicio cada joven malagueño tuvo una media de 2,11 contratos.

Temporalidad: Nueve de cada diez trabajos suscritos por jóvenes 290.676 encajan en esta modalidad, frente al reducido 8,2% de contratos indefinidos.Camarera de discoteca, promotora publicitaria de una marca de ron, comercial de móviles, dependiente, azafata... Y suma y sigue. En los últimos meses Sonia -que prefiere mantenerse en el anonimato- ha firmado más de cinco contratos. Ninguno le ha durado más de un trimestre. La temporalidad que azota al modelo productivo de la provincia (basado en la construcción y los servicios) se cobra anualmente miles de víctimas. La mayoría jóvenes, como Sonia, que a sus 24 años se ven obligados a deambular de una empresa a otra con tal de subsistir e ingresarse un sueldo medio digno.

Su caso no es el único. Según los datos del informe 'El mercado de trabajo de los jóvenes de Málaga', realizado por el Observatorio Ocupacional del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), durante 2007 hubo cerca de 10.000 menores de 30 años que encadenaron como mínimo cinco ocupaciones. De ellos, 2.429 registraron más de diez puestos distintos en su currículum. Un millar rotó por la friolera de quince negocios en apenas doce meses.

La culpa de esta inestabilidad la tienen los denominados empleos eventuales o por obra y servicio, que dominan la estructura laboral de la provincia. Su protagonismo es absoluto. Las estadísticas del SPEE revelan que nueve de cada diez trabajos suscritos por jóvenes en Málaga en 2007 (290.676) encajan en esta modalidad, frente al reducido y casi anecdótico 8,2% de contratos indefinidos, que apenas disfrutaron 26.000 menores de 30 años.

Índice de rotación

A tenor del documento elaborado por el Servicio Público de Empleo Estatal, a lo largo del pasado ejercicio cada joven malagueño tuvo una media de 2,11 contratos. Los mayores índices de rotación, según este mismo informe, los padecieron deportistas y profesionales asimilados, con una tasa de 3,86. A la cabeza de esta misma clasificación se situaron recepcionistas (2,67) y bañistas-socorristas, con un promedio de 2,45 empleos por demandante inscrito.

Asimismo, el estudio recoge un listado con las 25 ocupaciones que registran una mayor temporalidad. En el caso de Málaga, el ranking lo encabezan los camareros, bármanes y asimilados, seguidos de dependientes y exhibidores en tiendas, almacenes, quioscos y mercados. El tercer puesto es para el personal de limpieza de oficina y hoteles. Tras estos profesionales figuran albañiles y mamposteros y peones de la construcción de edificios, que ocupan respectivamente el cuarto y quinto lugar en este listado de contrataciones con fecha de caducidad. Por contra, entre los sectores que aportaron más estabilidad a los jóvenes malagueños el pasado año destacaron los empleados administrativos, cocineros, peones del transporte y descargadores.

Estos vaivenes laborales cobran especial dramatismo si se analizan los datos relativos a la duración fugaz de los empleos que realizan los menores de 30 años. De este modo, según las cifras recogidas por el SPEE, uno de cada cuatro contratos registrados en la provincia se prolonga menos de un mes. Esto es, 87.299 de los 316.861 jóvenes que firmaron un puesto de trabajo en 2007 apenas permanecieron cuatro semanas en la empresa que les reclamó.

El coordinador provincial del Instituto Andaluz de la Juventud, Francisco Paneque, aseguró que esta inestabilidad está íntimamente relacionada con el tipo de actividad económica que impera en Málaga, donde el turismo representa el 30% del PIB. «En la provincia, la alta rotación se debe principalmente a los contratos estacionales que genera el turismo. Hay muchos jóvenes que trabajan en épocas puntuales como verano o Semana Santa y luego en invierno tienen que buscarse otras ocupaciones», precisó, al tiempo que recordó que en el último año, los incentivos aprobados por el Gobierno para impulsar la contratación indefinida han permitido convertir muchos empleos temporales a fijos.

Por su parte, el secretario provincial de CC. OO., Antonio Herrera, denunció que muchos empresarios se aferran a este tipo de contratos en cadena como artimaña fraudulenta para evitar hacer indefinidos a los jóvenes. Del mismo modo, subrayó el argumento de Paneque e insistió en que el modelo productivo malagueño se basa en empleos pasajeros de baja cualificación con un fuerte carácter temporal, «que dan pocas oportunidades a los jóvenes preparados».

En casa de los padres

Los efectos de esta inestabilidad son evidentes. Sin un ancla laboral, la independencia y la adquisición de una vivienda se torna en utopía para miles de malagueños que, al igual que Sonia, se ven obligados a permanecer en casa de sus padres. «Cada mes estoy en un trabajo diferente, por lo que no puedo hacer planes de futuro», esgrimió.

Marina Nieblas, técnico de la Secretaría de Mujer y Juventud de UGT, también puso el acento en este planteamiento. «Los jóvenes hoy día están hasta el cuello. Muchos tienen que pluriemplearse para sumar un sueldo medio digno», aseveró. Y continuó: «Como no tienen ninguna estabilidad, los bancos no les conceden hipotecas, ni pueden comprarse un coche, ni optar a una ayuda de alquiler, ya que estas subvenciones requieren contratos mínimos de seis meses», señaló.

A juicio de Nieblas, el problema es que los jóvenes están «muy desinformados y firman cualquier empleo que se les pone por delante con tal de adquirir experiencia y hacerse unos ahorros», añadió.