Los agentes sociales coinciden en situar la ocupación hotelera en la Costa del Sol por encima del 85%. Los hosteleros reconocen que hay más gente, pero reiteran que el consumo ha bajado de forma notable
De excelentes a buenas pasando por muy buenas. Las previsiones turísticas para el mes de agosto en la Costa del Sol no parecen dejar resquicio a sobresaltos negativos, al menos en lo que a número de turistas, pernoctaciones y ocupación hotelera se refiere. Otro cantar es el consumo que estos turistas vayan a hacer durante su estancia aquí, porque parece que si bien no están dispuestos a renunciar a sus vacaciones, sí seguirán mirando con lupa los precios en bares, restaurantes y chiringuitos. Entre un solomillo a la pimienta y un filete empanado, la segunda opción puede ganar por goleada.Mas camasLas previsiones -y no hay que olvidar que son eso: previsiones- apuntan a que la ocupación hotelera en agosto rondará los niveles del año pasado, que superaron el 85% durante el mes fuerte del verano, con el añadido de que, desde entonces, la oferta de la Costa del Sol ha crecido un cinco por ciento (en torno a 5.000 camas más), según hace notar Gonzalo Fuentes, secretario general de Comercio, Hostelería y Turismo de Comisiones Obreras.En torno al 85% sitúa también la ocupación en agosto Salvador Vilches, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos): «Ojalá se cumplan las previsiones», dice. De ser así, Vilches afirma que su valoración sería «buena» y matiza que una ocupación del 85% no puede ser calificada de «lleno»: «Es una media; lo que supone que habrá hoteles al 90% y otros al 50%».Consultoras como Magna Turismo apuntan aún más alto y en base a los estudios realizados en la Costa del Sol se atreven a cifrar la ocupación hotelera durante agosto entre el 90 y el 95%, y de «excelente» califica el comportamiento del sector en la provincia durante el mes de julio Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía: «No estamos notando ninguna diferencia con relación al año pasado».Crecimiento«Y hay que tener en cuenta que el año pasado fue magnífico, por lo que el crecimiento se produce sobre unos resultados que ya fueron muy buenos», apunta Ana Gómez, gerente del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, un organismo cuyas previsiones más pesimistas hablan de un crecimiento en el número de pernoctaciones durante julio y agosto en torno al 4,5%, aproximadamente medio punto más que las estimaciones que baraja Comisiones Obreras. Gómez mantiene que el comportamiento del sector «no responde a una ciencia infusa». «Es el resultado -añade- de la apuesta que empresarios e instituciones hicimos hace seis años en favor de un turismo de clase media europeo y nacional, frente a otras provincias que apostaron por un turismo más residencial».La tan nombrada crisis, lejos de afectar negativamente al sector más productivo de la provincia, parece haber jugado a su favor. Al menos así lo opinan los agentes sociales consultados, que coinciden en asegurar que este año muchos españoles ha optado por no cruzar las fronteras para abaratar costes y en cambio se han decantado en mayor medida por la Costa del Sol.La gerente del Patronato acude a los datos del estudio de Turespaña para la Costa del Sol, que indica que este año el crecimiento de visitantes alemanes podría situarse entre el 8 y el 12% y que las perspectivas sobre mercados como Reino Unido o Finlandia hablan de crecimientos superiores al 11%. Frente a tanto optimismo, los empresarios de la hostelería inciden un año más en el bajo consumo de nuestros visitantes. «Sí, es cierto que hay más gente y que vienen más turistas, pero los bolsillos están muy, muy mermados», afirma Rafael Prado, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Málaga (Ahema).Comer de tapas«¿Se quedan en los hoteles? No, claro que no, pero ahora, la tapa es el recurso más utilizado por los turistas para comer y lo que primero miran es la parte derecha de la carta, que es donde están los precios», añade. Prado asegura que este año, «ni por asomo alcanzaremos las ventas del año pasado, que también salvamos por los pelos». Dejando muy claro que se trata de una estimación «personal y subjetiva», se aventura a decir que la temporada puede terminar con un 15% menos de venta que el año pasado.«Yo siempre digo que la hostelería se tiene que adaptar al bolsillo de los clientes», afirma, a la vez que asegura que la única solución para el sector es afrontar la situación: «Hay que mantener la calidad, no subir los precios y optar por hacer buenas ofertas, como menús sustanciosos y baratos».
De excelentes a buenas pasando por muy buenas. Las previsiones turísticas para el mes de agosto en la Costa del Sol no parecen dejar resquicio a sobresaltos negativos, al menos en lo que a número de turistas, pernoctaciones y ocupación hotelera se refiere. Otro cantar es el consumo que estos turistas vayan a hacer durante su estancia aquí, porque parece que si bien no están dispuestos a renunciar a sus vacaciones, sí seguirán mirando con lupa los precios en bares, restaurantes y chiringuitos. Entre un solomillo a la pimienta y un filete empanado, la segunda opción puede ganar por goleada.Mas camasLas previsiones -y no hay que olvidar que son eso: previsiones- apuntan a que la ocupación hotelera en agosto rondará los niveles del año pasado, que superaron el 85% durante el mes fuerte del verano, con el añadido de que, desde entonces, la oferta de la Costa del Sol ha crecido un cinco por ciento (en torno a 5.000 camas más), según hace notar Gonzalo Fuentes, secretario general de Comercio, Hostelería y Turismo de Comisiones Obreras.En torno al 85% sitúa también la ocupación en agosto Salvador Vilches, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos): «Ojalá se cumplan las previsiones», dice. De ser así, Vilches afirma que su valoración sería «buena» y matiza que una ocupación del 85% no puede ser calificada de «lleno»: «Es una media; lo que supone que habrá hoteles al 90% y otros al 50%».Consultoras como Magna Turismo apuntan aún más alto y en base a los estudios realizados en la Costa del Sol se atreven a cifrar la ocupación hotelera durante agosto entre el 90 y el 95%, y de «excelente» califica el comportamiento del sector en la provincia durante el mes de julio Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía: «No estamos notando ninguna diferencia con relación al año pasado».Crecimiento«Y hay que tener en cuenta que el año pasado fue magnífico, por lo que el crecimiento se produce sobre unos resultados que ya fueron muy buenos», apunta Ana Gómez, gerente del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, un organismo cuyas previsiones más pesimistas hablan de un crecimiento en el número de pernoctaciones durante julio y agosto en torno al 4,5%, aproximadamente medio punto más que las estimaciones que baraja Comisiones Obreras. Gómez mantiene que el comportamiento del sector «no responde a una ciencia infusa». «Es el resultado -añade- de la apuesta que empresarios e instituciones hicimos hace seis años en favor de un turismo de clase media europeo y nacional, frente a otras provincias que apostaron por un turismo más residencial».La tan nombrada crisis, lejos de afectar negativamente al sector más productivo de la provincia, parece haber jugado a su favor. Al menos así lo opinan los agentes sociales consultados, que coinciden en asegurar que este año muchos españoles ha optado por no cruzar las fronteras para abaratar costes y en cambio se han decantado en mayor medida por la Costa del Sol.La gerente del Patronato acude a los datos del estudio de Turespaña para la Costa del Sol, que indica que este año el crecimiento de visitantes alemanes podría situarse entre el 8 y el 12% y que las perspectivas sobre mercados como Reino Unido o Finlandia hablan de crecimientos superiores al 11%. Frente a tanto optimismo, los empresarios de la hostelería inciden un año más en el bajo consumo de nuestros visitantes. «Sí, es cierto que hay más gente y que vienen más turistas, pero los bolsillos están muy, muy mermados», afirma Rafael Prado, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Málaga (Ahema).Comer de tapas«¿Se quedan en los hoteles? No, claro que no, pero ahora, la tapa es el recurso más utilizado por los turistas para comer y lo que primero miran es la parte derecha de la carta, que es donde están los precios», añade. Prado asegura que este año, «ni por asomo alcanzaremos las ventas del año pasado, que también salvamos por los pelos». Dejando muy claro que se trata de una estimación «personal y subjetiva», se aventura a decir que la temporada puede terminar con un 15% menos de venta que el año pasado.«Yo siempre digo que la hostelería se tiene que adaptar al bolsillo de los clientes», afirma, a la vez que asegura que la única solución para el sector es afrontar la situación: «Hay que mantener la calidad, no subir los precios y optar por hacer buenas ofertas, como menús sustanciosos y baratos».
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