Una pequeña bomba explotó pasada la medianoche en un puente sin causar heridos en las inmediaciones de un chiringuito frente al hotel Aloha Puerto. La deflagración se produjo sin ninguna llamada previa de aviso
ETA reapareció ayer en la Costa del Sol con la colocación de un artefacto en Torremolinos. El explosivo, que según los primeros datos recabados anoche, era de escasa potencia, estalló pasada la medianoche en la playa, en las inmediaciones de un puente peatonal sobre un arroyo próximo al hotel Aloha Puerto. Fuentes del Ayuntamiento de Torremolinos informaron de que la deflagración no causó heridos, aunque los servicios sanitarios sí tuvieron que atender a un joven por un ataque de ansiedad.
Una gran confusión siguió a los primeros minutos del estallido, que se produjo sobre las 00.15 horas, ya que en un primer momento se pensó que había explotado una bombona de alguno de los chiringuitos cercanos al lugar de los hechos. Poco a poco, la línea de investigación empezó a apuntar a que había sido la banda terrorista ETA la que, en su campaña de verano contra objetivos turísticos en el litoral español, había actuado, según fuentes policiales, que añadieron que no hubo avisos ni llamadas previas. La bomba, según estas fuentes, se encontraba escondida entre la maleza bajo un pequeño puente cercano. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos de la Policía Local de Torremolinos, con su alcalde a la cabeza, Pedro Fernández Montes, y agentes de la Policía Nacional, así como especialistas en explosivos del Grupo Tedax, que acordonaron la zona para inspeccionar por si pudiera haber algún otro artefacto. Por este motivo y mientras se inspeccionaban los vehículos estacionados en la zona para mayor seguridad, no se permitió la entrada ni la salida de nadie del hotel cercano. De igual forma, la Policía Nacional puso en marcha un dispositivo especial para intentar dar con los autores, que se centró en las cercanas vías de comunicación. «Se ha escuchado como un petardo gordo y se ha oído como si estuviera debajo del puente», afirmó a este periódico Enrique Fernández, un turista de Toledo, que pasa unos días en Torremolinos con su mujer y su hija (un bebé), y que paseaba por la zona en el momento en que ocurrieron los hechos. En un principio no se pusieron nerviosos, hasta que empezaron a llegar agentes de la Policía. Tiscar Fernández y su familia son del municipio cordobés de Montoro. Anoche confesaban su total incertidumbre. «No sabemos qué pasa. Nadie nos informa; no podemos pasar al hotel porque no nos dejan y nuestros niños -tienen dos pequeños- necesitan ya dormir», decían.«Suerte»Esta familia admitía, no obstante, su «suerte». «Pasamos todos los días por el puente donde ha estallado el artefacto», dijo Fernández. «Siempre tomamos un helado y pasamos por allí pero esta noche la niña ha querido montarse en un tren turístico y ya nos hemos retrasado». La sorpresa se la llevaron después. «Al regresar del paseo, hemos visto todo cortado y no nos han dejado entrar en el hotel porque está todo acordonado».El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, explicó a SUR que la bomba era de escasa potencia porque apenas a diez metros había un chiringuito y los cristales no se rompieron. «Lo único que han querido es crear alarma y atentar contra los intereses turísticos», expresó el regidor de Torremolinos.
Este atentado se produce apenas unos días después de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan desarticulado el 'comando Vizcaya' de ETA. Según la documentación incautada a la banda terrorista y las declaraciones de los integrantes de la misma, la organización tenía previsto llevar a cabo un ataque contra centros comerciales y hoteles en Andalucía, así como golpear en Burgos en una casa cuartel y el museo militar. Recientemente atentaron en las playas del litoral cántabro.
ETA reapareció ayer en la Costa del Sol con la colocación de un artefacto en Torremolinos. El explosivo, que según los primeros datos recabados anoche, era de escasa potencia, estalló pasada la medianoche en la playa, en las inmediaciones de un puente peatonal sobre un arroyo próximo al hotel Aloha Puerto. Fuentes del Ayuntamiento de Torremolinos informaron de que la deflagración no causó heridos, aunque los servicios sanitarios sí tuvieron que atender a un joven por un ataque de ansiedad.
Una gran confusión siguió a los primeros minutos del estallido, que se produjo sobre las 00.15 horas, ya que en un primer momento se pensó que había explotado una bombona de alguno de los chiringuitos cercanos al lugar de los hechos. Poco a poco, la línea de investigación empezó a apuntar a que había sido la banda terrorista ETA la que, en su campaña de verano contra objetivos turísticos en el litoral español, había actuado, según fuentes policiales, que añadieron que no hubo avisos ni llamadas previas. La bomba, según estas fuentes, se encontraba escondida entre la maleza bajo un pequeño puente cercano. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos de la Policía Local de Torremolinos, con su alcalde a la cabeza, Pedro Fernández Montes, y agentes de la Policía Nacional, así como especialistas en explosivos del Grupo Tedax, que acordonaron la zona para inspeccionar por si pudiera haber algún otro artefacto. Por este motivo y mientras se inspeccionaban los vehículos estacionados en la zona para mayor seguridad, no se permitió la entrada ni la salida de nadie del hotel cercano. De igual forma, la Policía Nacional puso en marcha un dispositivo especial para intentar dar con los autores, que se centró en las cercanas vías de comunicación. «Se ha escuchado como un petardo gordo y se ha oído como si estuviera debajo del puente», afirmó a este periódico Enrique Fernández, un turista de Toledo, que pasa unos días en Torremolinos con su mujer y su hija (un bebé), y que paseaba por la zona en el momento en que ocurrieron los hechos. En un principio no se pusieron nerviosos, hasta que empezaron a llegar agentes de la Policía. Tiscar Fernández y su familia son del municipio cordobés de Montoro. Anoche confesaban su total incertidumbre. «No sabemos qué pasa. Nadie nos informa; no podemos pasar al hotel porque no nos dejan y nuestros niños -tienen dos pequeños- necesitan ya dormir», decían.«Suerte»Esta familia admitía, no obstante, su «suerte». «Pasamos todos los días por el puente donde ha estallado el artefacto», dijo Fernández. «Siempre tomamos un helado y pasamos por allí pero esta noche la niña ha querido montarse en un tren turístico y ya nos hemos retrasado». La sorpresa se la llevaron después. «Al regresar del paseo, hemos visto todo cortado y no nos han dejado entrar en el hotel porque está todo acordonado».El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, explicó a SUR que la bomba era de escasa potencia porque apenas a diez metros había un chiringuito y los cristales no se rompieron. «Lo único que han querido es crear alarma y atentar contra los intereses turísticos», expresó el regidor de Torremolinos.
Este atentado se produce apenas unos días después de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan desarticulado el 'comando Vizcaya' de ETA. Según la documentación incautada a la banda terrorista y las declaraciones de los integrantes de la misma, la organización tenía previsto llevar a cabo un ataque contra centros comerciales y hoteles en Andalucía, así como golpear en Burgos en una casa cuartel y el museo militar. Recientemente atentaron en las playas del litoral cántabro.
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