El empeño en traer a un último jugador de ataque y el intento también con Kepa forman parte de una estrategia para que el Málaga tenga presencia arriba. La falta de un organizador en la plantilla también forzará al entrenador a plantear ese estilo de juego
Cinco delanteros. El entrenador del Málaga, Antonio Tapia, se mostraba partidario de contar sólo con cuatro jugadores de ataque, pero la mayoría de los técnicos se inclinaba por contar con una pieza más. La llegada de Adrián y Alberto Luque para completar el quinteto 'obligará' al fuengiroleño a plantear un sistema con dos puntas.El Málaga está limitado en dos posiciones (el lateral izquierdo y el extremo derecho) y carece de organizador entre sus veinticuatro efectivos. Sin embargo, no sucede igual en las posiciones de ataque. «En Segunda brillan los que mejor defienden, y en Primera los que tienen gol», suelen argumentar los futbolistas más experimentados y también los entrenadores que conocen ambas categorías.Desde el principio los responsables del Málaga tenían una fijación: reforzar convenientemente la línea de ataque. El equipo estuvo a punto de desmoronarse durante la segunda vuelta de la pasada temporada por un cúmulo de circunstancias adversas: la casi constante baja por lesión de Salva, el bajón de Peragón en su rendimiento, las limitaciones de Iván Rosado (a juicio del entrenador, Juan Ramón Muñiz) y los problemas físicos de Baha. Además, empleó como segundo punta a Antonio Hidalgo, que arrastrabas molestias en una de sus rodillas.Rodríguez y SandroEl Málaga se quedó casi sin gol durante la segunda vuelta y lo pagó en numerosos encuentros. La presencia en la secretaría técnica del que entonces era segundo entrenador, Ricardo Rodríguez (ahora director deportivo), y de uno de los líderes en la plantilla en todos los sentidos, Sandro, probablemente ha influido en ese empeño desde el primer día en apuntalar la línea de ataque con el máximo número de efectivos posibles. Siempre, claro está, dentro de las limitaciones económicas a las que estaba sometido el club. Si a ello se suma que en el fútbol muchos piensan que Tapia suele jugar con un solo delantero parece tener explicación el empeño en reforzar la línea de ataque. Este periódico ya se hizo eco el pasado 11 de agosto del cónclave técnico celebrado en la mañana del día anterior, lunes, en La Rosaleda. Allí se debatió sobre qué posición iba a reforzar con la tercera vacante. La primera iba a ser para un delantero (luego llegó el deportivista Adrián), y la segunda, para un extremo derecho (al final no vino). Mientras el entrenador recalcó que quería un medio centro de características muy definidas, la mayoría de los otros técnicos preferían un quinto punta. El propio Tapia recordó que pensaba utilizar a Duda como escolta del ariete. Al final las dos partes se salieron con la suya. Tapia tuvo a un medio centro, el brasileño De Barros -incluso pidió otro más el último día del plazo-, y los demás técnicos, a Alberto Luque, tras una gestión personal del presidente, Fernando Sanz. Conclusión: no llegó un extremo derecho.Seis en vez de cincoPero el temor a que el Málaga se quede en Primera sin gol, el factor clave para la subsistencia en la categoría, llevó incluso a gestionar la llegada no de un delantero, sino de dos, el referido Alberto Luque y el sampedreño Kepa. De no haber sido por la negativa de este úlltimo cuando ya existía el pertinente acuerdo entre los clubes, el todavía ariete getafense formaría parte de los veinticinco inscritos ante la Liga de Fútbol Profesional para la primera parte del campeonato. Y el equipo tendría no ya cinco delanteros, sino seis.Los técnicos están satisfechos porque consideran que el Málaga tendrá suficiente presencia arriba con cinco futbolistas de distintas cualidades: Fernando, Adrián, Alberto Luque, Baha y Salva. Paradójicamente, al contar con este quinteto también queda limitado que el entrenador emplee a determinados futbolistas, casos de José Juan Luque o Duda, en la función de su segundo punta. Conviene recordar que tras la incorporación de ambos se incidió desde varios estamentos del club en su teórica polivalencia.El hecho de contar con cinco delanteros con cierto nivel para competir en Primera División invita a creer que Tapia tendrá que decantarse entre los distintos sistemas que maneja por aquellos que contemplan la presencia de dos puntas. Las combinaciones son diversas gracias a las cualidades de varios de ellos. Sin ir más lejos, todos han actuado alguna vez como delantero centro, aunque son Alberto Luque y Baha los que más experiencia tienen en ocupar ese rol de referente en ataque.Al margen de la proliferación de futbolistas en la delantera también conviene apuntar otro matiz importante: la carencia de un organizador. En las dos últimas semanas se le sugirió a Tapia la conveniencia de incorporar a un centrocampista que aportara criterio a la hora de hacer circular el balón. El técnico se opuso al considerar que el Málaga necesita en esa zona futbolistas más poderosos en la presión, la contención y el juego aéreo. Sin 'cerebro'La falta de un 'cerebro' en el equipo -y por lo tanto la inclusión de dos futbolistas similares en el centro del campo- puede provocar que se repita lo vivido el pasado domingo en el Calderón, cuando el equipo naufragó a la hora de sacar el balón, lo que le facilitó la tarea al Atlético de Madrid.Dado que en la mayoría de los ocasiones los dos centrocampistas estarán más sujetos a labores defensivas es previsible que el Málaga sólo cuente en las acciones de ataque con el delantero centro y el segundo punta. Podría pensarse que Tapia ya renunció a esta figura del medio punta en la triunfal segunda vuelta de la temporada 2004-2005, pero es obligado reseñar que el 'nueve' era entonces Baiano, con unas características que a priori no tienen los cinco delanteros. De ahí esa 'obligación' de que el técnico alinee a dos hombres de ataque.
Cinco delanteros. El entrenador del Málaga, Antonio Tapia, se mostraba partidario de contar sólo con cuatro jugadores de ataque, pero la mayoría de los técnicos se inclinaba por contar con una pieza más. La llegada de Adrián y Alberto Luque para completar el quinteto 'obligará' al fuengiroleño a plantear un sistema con dos puntas.El Málaga está limitado en dos posiciones (el lateral izquierdo y el extremo derecho) y carece de organizador entre sus veinticuatro efectivos. Sin embargo, no sucede igual en las posiciones de ataque. «En Segunda brillan los que mejor defienden, y en Primera los que tienen gol», suelen argumentar los futbolistas más experimentados y también los entrenadores que conocen ambas categorías.Desde el principio los responsables del Málaga tenían una fijación: reforzar convenientemente la línea de ataque. El equipo estuvo a punto de desmoronarse durante la segunda vuelta de la pasada temporada por un cúmulo de circunstancias adversas: la casi constante baja por lesión de Salva, el bajón de Peragón en su rendimiento, las limitaciones de Iván Rosado (a juicio del entrenador, Juan Ramón Muñiz) y los problemas físicos de Baha. Además, empleó como segundo punta a Antonio Hidalgo, que arrastrabas molestias en una de sus rodillas.Rodríguez y SandroEl Málaga se quedó casi sin gol durante la segunda vuelta y lo pagó en numerosos encuentros. La presencia en la secretaría técnica del que entonces era segundo entrenador, Ricardo Rodríguez (ahora director deportivo), y de uno de los líderes en la plantilla en todos los sentidos, Sandro, probablemente ha influido en ese empeño desde el primer día en apuntalar la línea de ataque con el máximo número de efectivos posibles. Siempre, claro está, dentro de las limitaciones económicas a las que estaba sometido el club. Si a ello se suma que en el fútbol muchos piensan que Tapia suele jugar con un solo delantero parece tener explicación el empeño en reforzar la línea de ataque. Este periódico ya se hizo eco el pasado 11 de agosto del cónclave técnico celebrado en la mañana del día anterior, lunes, en La Rosaleda. Allí se debatió sobre qué posición iba a reforzar con la tercera vacante. La primera iba a ser para un delantero (luego llegó el deportivista Adrián), y la segunda, para un extremo derecho (al final no vino). Mientras el entrenador recalcó que quería un medio centro de características muy definidas, la mayoría de los otros técnicos preferían un quinto punta. El propio Tapia recordó que pensaba utilizar a Duda como escolta del ariete. Al final las dos partes se salieron con la suya. Tapia tuvo a un medio centro, el brasileño De Barros -incluso pidió otro más el último día del plazo-, y los demás técnicos, a Alberto Luque, tras una gestión personal del presidente, Fernando Sanz. Conclusión: no llegó un extremo derecho.Seis en vez de cincoPero el temor a que el Málaga se quede en Primera sin gol, el factor clave para la subsistencia en la categoría, llevó incluso a gestionar la llegada no de un delantero, sino de dos, el referido Alberto Luque y el sampedreño Kepa. De no haber sido por la negativa de este úlltimo cuando ya existía el pertinente acuerdo entre los clubes, el todavía ariete getafense formaría parte de los veinticinco inscritos ante la Liga de Fútbol Profesional para la primera parte del campeonato. Y el equipo tendría no ya cinco delanteros, sino seis.Los técnicos están satisfechos porque consideran que el Málaga tendrá suficiente presencia arriba con cinco futbolistas de distintas cualidades: Fernando, Adrián, Alberto Luque, Baha y Salva. Paradójicamente, al contar con este quinteto también queda limitado que el entrenador emplee a determinados futbolistas, casos de José Juan Luque o Duda, en la función de su segundo punta. Conviene recordar que tras la incorporación de ambos se incidió desde varios estamentos del club en su teórica polivalencia.El hecho de contar con cinco delanteros con cierto nivel para competir en Primera División invita a creer que Tapia tendrá que decantarse entre los distintos sistemas que maneja por aquellos que contemplan la presencia de dos puntas. Las combinaciones son diversas gracias a las cualidades de varios de ellos. Sin ir más lejos, todos han actuado alguna vez como delantero centro, aunque son Alberto Luque y Baha los que más experiencia tienen en ocupar ese rol de referente en ataque.Al margen de la proliferación de futbolistas en la delantera también conviene apuntar otro matiz importante: la carencia de un organizador. En las dos últimas semanas se le sugirió a Tapia la conveniencia de incorporar a un centrocampista que aportara criterio a la hora de hacer circular el balón. El técnico se opuso al considerar que el Málaga necesita en esa zona futbolistas más poderosos en la presión, la contención y el juego aéreo. Sin 'cerebro'La falta de un 'cerebro' en el equipo -y por lo tanto la inclusión de dos futbolistas similares en el centro del campo- puede provocar que se repita lo vivido el pasado domingo en el Calderón, cuando el equipo naufragó a la hora de sacar el balón, lo que le facilitó la tarea al Atlético de Madrid.Dado que en la mayoría de los ocasiones los dos centrocampistas estarán más sujetos a labores defensivas es previsible que el Málaga sólo cuente en las acciones de ataque con el delantero centro y el segundo punta. Podría pensarse que Tapia ya renunció a esta figura del medio punta en la triunfal segunda vuelta de la temporada 2004-2005, pero es obligado reseñar que el 'nueve' era entonces Baiano, con unas características que a priori no tienen los cinco delanteros. De ahí esa 'obligación' de que el técnico alinee a dos hombres de ataque.
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