El equipo aguantó el tipo durante veinticinco minutos, pero acusó el golpe de encajar el primer gol en el Calderón en un fallo de marcaje a balón parado. Sin recursos en ataque y con jugadores fuera de sitio naufragó por completo
ATLÉTICO 4 - MÁLAGA 0
AlineacionesAtlético de Madrid: Coupet (1); Seitaridis (1), Heitinga (1), Ujfalusi (1), Pernía (1); Maxi Rodríguez (2) -Raúl García (1), minuto 77-, Assunçao (1), Maniche (1), Simao (1); Agüero (2) -Sinama (1), minuto 55- y Forlán (3) -Luis García (1), minuto 60-. Málaga: Arnau (1); Jesús Gámez (1), Cuadrado (1), Weligton (0), Nacho (0) -Luque (0), minuto 46-; Lolo (1), Miguel Ángel (0) -Apoño (1), minuto 70-; Cheli (1) -Adrián (1), minuto 59-, Duda (0), Calleja (1), y Baha (1). Goles1-0, minuto 25: Agüero remata en el área pequeña.2-0, minuto 38: Forlán sorprende a Arnau con un tiro ajustado al palo izquierdo.3-0, minuto 42: Forlán, de penalti.4-0, minuto 81: Sinama.ÁrbitroRodríguez Santiago (castellano-leonés). Casi inadvertido.AmonestadosMostró la cartulina amarilla a Weligton, Lolo y Seitaridis.CampoImpresionante ambiente en el estadio Vicente Calderón con más de 50.000 espectadores, y medio centenar de malaguistas. El seleccionador nacional, Vicente del Bosque, presenció el choque en el palco.El mejor: ForlánLa movilidad del uruguayo es digna de ver y de analizar. Aparece por todos lados y cae tanto a las bandas que eso permite crear pasillos para que se incorporen otros jugadores y también facilita que Agüero aparezca siempre en zona de remate. Además, en el encuentro de ayer marcó dos goles (uno de penalti). Pero su labor para el equipo es descomunal.
El Málaga volvió ayer a la cruda realidad. El Atlético de Madrid no es un equipo de su Liga y está más rodado, pero el equipo blanquiazul fue abatido por su rival en apenas un cuarto de hora. La fragilidad mostrada a raíz del primer gol pasó factura, pero también la preocupante escasez de recursos ofensivos. Faltan varios jugadores, aunque desde luego la anunciada polivalencia de determinados hombres queda en entredicho. Y más, si coinciden todos a la vez en demarcaciones a las que están muy poco habituados. Arnau fue el elegido. Era la gran incógnita en el regreso a la élite, la duda que sobrevolaba incluso el vestuario. Antonio Tapia premió su rendimiento en la pretemporada en perjuicio de Goitia, titular durante el último año y medio. Esa fue la principal noticia en una alineación en la que también destacó la inclusión de Cuadrado en el eje de la zaga, con lo que se rompió la pareja asidua en Segunda al prescindir de Hélder Rosário como acompañante de Weligton.El Málaga se marchó al descanso con tres goles en contra cuando paradójicamente en el minuto 23 el público del Calderón pitó a su equipo, prueba de su exigencia y también del llamativo atasco del conjunto local. Porque hasta ese instante, el ecuador de la primera mitad, el Atlético de Madrid se topó con un rival parapetado, ordenado y con una elevada intensidad defensiva. Presión y repliegueProbablemente si el Málaga tuviera más empaque en ataque habría hecho más daño. La presión en campo contrario, cuando no el repliegue intensivo -con todos por detrás de la divisoria-, provocó numerosas pérdidas del balón por parte de los locales con los consiguientes huecos en la cobertura comandada por Heitinga y Ujfalusi. Incluso el equipo blanquiazul llegó a acumular cuatro córners, pero en tres de las ocasiones los servicios de Duda fueron muy deficientes.El Atlético sólo había intimidado en una falta en la frontal. Arnau respondió al disparo de Simao y también después a la segunda jugada, el tiro de Maxi Rodríguez al aprovechar el rechace. En el área local faltó precisión. Y también mucha calidad. Porque a veces hasta hubo afluencia de efectivos tras el robo del balón y la posterior salida, pero la conclusión de la jugada no estuvo acorde a la categoría en la que se compite. El guión cambió radicalmente a balón parado. Y ahí se acabó el Málaga. Tanto mantener la posición y cerrar huecos para descuidarse en el marcaje en un córner, el tercero a su favor. Conste que el Atlético ya había telegrafiado este tipo lanzamientos: saque de Pernía al primer palo en busca de un amago o de que alguien peinara el balón y un par de hombres a la espera de su opción a tres metros del área pequeña. Agüero no encontró oposición y remató a placer. Ya no hubo color.El Málaga entró en barrena en un calco a lo vivido en el último amistoso, en el Pizjuán frente al Sevilla. Después del gol bajó el pistón, dejó de ser un bloque compacto. Y si un equipo ofrece debilidad frente a otro con mucha pólvora acaba por recibir un severo correctivo. Los errores infantiles en la salida del balón -falta un organizador en una plantilla tan amplia- fueron un lastre considerable.NoqueadoSólo tres minutos después del primer gol Maxi y Forlán enseñaron el camino. Nacho hacía aguas en el costado izquierdo, porque, aunque se empeñe Tapia, no es un lateral. El ariete uruguayo envió el balón al primer palo cuando ya se intuía el segundo gol rojiblanco. El Málaga estaba noqueado, sin capacidad de reacción, frente a un rival crecido anímicamente y espoleado por su estruendosa afición. Durante un cuarto de hora fue un espectáculo ver la movilidad de los futbolistas de ataque locales, que propició incluso una aparición del 'stopper' local en el área, Paulo Assunçao.El desconcierto defensivo y la debilidad del Málaga por la izquierda propiciaron el segundo gol. Esta vez Forlán puso el punto de mira de nuevo en el mismo ángulo y sorprendió a Arnau, que quizá esperaba el mismo remate cruzado que el uruguayo se sacó de su bota el miércoles en la acción que supuso el 2-0 frente al Schalke 04. Por si quedaba alguna duda, la puntilla llegó de nuevo a balón parado, en un ingenuo agarrón de Weligton a Heitinga a un palmo del colegiado. Forlán no falló desde el punto fatídico. El 3-0 se antojaba excesivo en un balance global de los cuarenta y cinco minutos, pero no es más que el reflejo de la distancia abismal entre un conjunto muy rodado y con enorme calidad, y otro justo de clase, en construcción y con diversas ausencias.Tal como se esperaba, la segunda parte sobró. El partido estaba totalmente decidido y por esa razón el técnico local, Javier Aguirre, mandó un mensaje claro cuando prescindió al cuarto de hora de Agüero y Forlán. Era ilógico mantenerlos en el campo tras el esfuerzo de la previa de la Liga de Campeones y, de paso, permitía concederle minutos a otros hombres.El Atlético no quiso humillar al Málaga. El equipo blanquiazul bastante tuvo con mantener el tipo para no regresar como en su última visita al Calderón, con cinco goles en contra. Si no ocurrió fue por las intervenciones de Arnau, sobre todo en la recta final.El Málaga demostró que está en construcción, pero también confirmó que el desequilibrio en la plantilla puede pasar factura. Ver a Nacho, Duda o Adrián en posiciones en las que han actuado esporádicamente es lastimoso. Porque ni el primero es lateral -tras el descanso jugó ahí Calleja y al menos tapó la tronera-, ni el segundo tiene cuerpo y capacidad para moverse como segundo punta, ni el tercero tiene velocidad y desborde -y menos a estas alturas- para actuar como extremo derecho. Si a todo ello se añade que faltan varios jugadores es lógico tener una visión optimista. Pero tras un 4-0...
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