Declaró que tras dar vueltas con el coche llegó a la calle Larios y decidió entrar para estrellarse en la plaza de la Constitución. Admitió que fue a por los peatones y descartó a un minusválido
Antonio B. M., el conductor kamikaze de la calle Larios ahora en prisión, contó al juez que horas después de haber anunciado que tenía intención de suicidarse en un foro de policías en Internet, cogió su vehículo y se dirigió a la autovía por la Ronda Oeste. Su intención era provocar un accidente de tráfico, pero finalmente no se atrevió y cambió de idea, según explicaron fuentes judiciales.En su declaración, el autor de los atropellos relató que tras desistir de ocasionar el accidente en la autovía estuvo dando vueltas con el vehículo durante un rato y que cuando se dio cuenta estaba en el centro de la ciudad. Era sábado a mediodía, las tiendas estaban abiertas y las calles del casco histórico llenas de gente, entre las que se encontraban los turistas de dos cruceros que acababan de arribar al puerto de la ciudad.Antonio B. M. explicó que decidió entonces entrar a toda velocidad por la calle Larios para estrellar el vehículo al final de la misma, en la plaza de la Constitución. Así, entró en la vía peatonal y arrolló a varios viandantes. Añadió que al llegar al final cambió de idea y decidió dar la vuelta para provocar el choque en la rotonda del Marqués de Larios. En este cambio de sentido, Antonio B. M. volvió a atropellar a más peatones.En silla de ruedasLas fuentes calificaron de «frío» el relato que el conductor, un guardia civil jubilado de 42 años, hizo de lo ocurrido el sábado 30 de agosto. Así, aseguraron que el imputado reconoció los hechos, que «había ido a por la gente» y que, incluso, llegó a descartar a alguna de sus víctimas, como una persona que iba en silla de ruedas, a la que finalmente decidió no atropellar. Las mismas fuentes aseguraron que el conductor kamikaze dijo en un momento de su declaración ante el magistrado que lo que él pretendía es que «los policías le pegaran dos tiros» La idea del suicidio no ha convencido al juez que ha enviado a Antonio B. M. a prisión por intento de homicidio después de que los informes de dos forenses judiciales indicaran que el imputado era plenamente consciente de lo que hacía. Es más, las fuentes señalaron que el hecho de que intentara huir tras encontrarse el paso bloqueado por un camión de Limasa es «poco compatible con una actitud suicida».Por su parte, la abogada del guardia civil jubilado, Regina Gómez, aseguró que éste declaró que sintió un «impulso» para hacer lo que hizo, y que si en un futuro le volviese a pasar, no podría controlarlo. Agregó que le contó al juez que tenía «mucho dolor» por sentirse maltratado por la sociedad y que tenía «manía persecutoria» de los cuerpos de seguridad y de la Administración.Examen psiquiátricoLa letrada ha asegurado que continuará recabando los informes necesarios para demostrar que tiene problemas psiquiátricos, para lo que será necesario el estudio de su médico personal, que actualmente se encuentra fuera de España. Gómez reveló que en 1998 le fue diagnosticado un «trastorno delirante de tipo persecutorio, con un proceso de deterioro psicopatológico de varios años».De momento, Antonio B. M. pasó el lunes su primera noche en el centro penitenciario de Alhaurín de la Torre. Ayer por la mañana fue trasladado al Hospital Clínico Universitario para ser sometido a una nueva una valoración psiquiátrica, según fuentes penitenciarias. Una vez esté concluida esta prueba será ingresado otra vez en la prisión de Alhaurín de la Torre, en un módulo residencial común, pero con el tratamiento médico adecuado, añadieron las fuentes.El centro penitenciario tiene también previsto solicitar el traslado a la prisión de Sevilla -cuando confirme oficialmente que ha ejercido de Guardia Civil- para que se le ingrese en el módulo especial para los cuerpos de seguridad, también con el tratamiento psiquiátrico que necesite, aunque este trámite puede durar varios días.
Antonio B. M., el conductor kamikaze de la calle Larios ahora en prisión, contó al juez que horas después de haber anunciado que tenía intención de suicidarse en un foro de policías en Internet, cogió su vehículo y se dirigió a la autovía por la Ronda Oeste. Su intención era provocar un accidente de tráfico, pero finalmente no se atrevió y cambió de idea, según explicaron fuentes judiciales.En su declaración, el autor de los atropellos relató que tras desistir de ocasionar el accidente en la autovía estuvo dando vueltas con el vehículo durante un rato y que cuando se dio cuenta estaba en el centro de la ciudad. Era sábado a mediodía, las tiendas estaban abiertas y las calles del casco histórico llenas de gente, entre las que se encontraban los turistas de dos cruceros que acababan de arribar al puerto de la ciudad.Antonio B. M. explicó que decidió entonces entrar a toda velocidad por la calle Larios para estrellar el vehículo al final de la misma, en la plaza de la Constitución. Así, entró en la vía peatonal y arrolló a varios viandantes. Añadió que al llegar al final cambió de idea y decidió dar la vuelta para provocar el choque en la rotonda del Marqués de Larios. En este cambio de sentido, Antonio B. M. volvió a atropellar a más peatones.En silla de ruedasLas fuentes calificaron de «frío» el relato que el conductor, un guardia civil jubilado de 42 años, hizo de lo ocurrido el sábado 30 de agosto. Así, aseguraron que el imputado reconoció los hechos, que «había ido a por la gente» y que, incluso, llegó a descartar a alguna de sus víctimas, como una persona que iba en silla de ruedas, a la que finalmente decidió no atropellar. Las mismas fuentes aseguraron que el conductor kamikaze dijo en un momento de su declaración ante el magistrado que lo que él pretendía es que «los policías le pegaran dos tiros» La idea del suicidio no ha convencido al juez que ha enviado a Antonio B. M. a prisión por intento de homicidio después de que los informes de dos forenses judiciales indicaran que el imputado era plenamente consciente de lo que hacía. Es más, las fuentes señalaron que el hecho de que intentara huir tras encontrarse el paso bloqueado por un camión de Limasa es «poco compatible con una actitud suicida».Por su parte, la abogada del guardia civil jubilado, Regina Gómez, aseguró que éste declaró que sintió un «impulso» para hacer lo que hizo, y que si en un futuro le volviese a pasar, no podría controlarlo. Agregó que le contó al juez que tenía «mucho dolor» por sentirse maltratado por la sociedad y que tenía «manía persecutoria» de los cuerpos de seguridad y de la Administración.Examen psiquiátricoLa letrada ha asegurado que continuará recabando los informes necesarios para demostrar que tiene problemas psiquiátricos, para lo que será necesario el estudio de su médico personal, que actualmente se encuentra fuera de España. Gómez reveló que en 1998 le fue diagnosticado un «trastorno delirante de tipo persecutorio, con un proceso de deterioro psicopatológico de varios años».De momento, Antonio B. M. pasó el lunes su primera noche en el centro penitenciario de Alhaurín de la Torre. Ayer por la mañana fue trasladado al Hospital Clínico Universitario para ser sometido a una nueva una valoración psiquiátrica, según fuentes penitenciarias. Una vez esté concluida esta prueba será ingresado otra vez en la prisión de Alhaurín de la Torre, en un módulo residencial común, pero con el tratamiento médico adecuado, añadieron las fuentes.El centro penitenciario tiene también previsto solicitar el traslado a la prisión de Sevilla -cuando confirme oficialmente que ha ejercido de Guardia Civil- para que se le ingrese en el módulo especial para los cuerpos de seguridad, también con el tratamiento psiquiátrico que necesite, aunque este trámite puede durar varios días.
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