Economia
La economía está a las puertas de la recesión, según BBVA y Caja Madrid
El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, auguró ayer que «la fase de crecimiento bajo en la que hemos entrado podría prolongarse más de lo inicialmente esperado». Fernández Ordóñez participó en un encuentro organizado por la Cámara de Comercio Americana en España, donde afirmó que «la situación de los mercados financieros internacionales dista mucho de haberse normalizado plenamente». Asimismo, señaló que el proceso de ajuste, evitó hablar de crisis, «está siendo intenso, costoso y prolongado» y consideró que «es difícil pensar que las condiciones financieras puedan volver a ser tan holgadas como lo fueron en el último lustro». Al panorama dibujado por el máximo representante de la institución monetaria, se sumaron las estimaciones de dos de las principales entidades financieras del país, BBVA y Caja Madrid, que apuntaron, sin reservas, que la economía española está a las puertas de la recesión, después de que en el segundo trimestre no creciera o incluso sufriera un descenso mínimo. Ambas indicaron como claves de este desplome -en el mismo periodo del año pasado el ritmo de avance del PIB rozó el 1%- los malos datos registrados entre mayo y junio en la producción industrial, el consumo y el empleo.
Deterioro industrial
El vicepresidente económico, Pedro Solbes, dijo «respetar» estos cálculos, pero evitó pronunciarse sobre este posible nuevo revés para la actividad económica hasta que, en su caso, llegue a ser confirmado por el INE, algo que no ocurrirá hasta el próximo 14 de agosto, pese a que la fundación de las cajas de ahorro (Funcas) ya ha vuelto a revisar a la baja sus previsiones. Casi todos contaban desde finales del año pasado con la crisis de la construcción, de manera fundamental en el sector residencial, pero no así con el deterioro de la actividad industrial. Esta mermó un 5,5% en tasa interanual en mayo (una vez corregidos los efectos de calendario en inflación), en lo que fue mayor descenso desde diciembre de 2001, que se duplicó en el caso de los bienes de consumo y del que sólo se salvo la energía gracias a la escalada de los precios del petróleo. Para junio las cosas pueden empeorar más por culpa de los efectos de la pasada huelga de transporte, de manera que aunque el servicio de estudios del BBVA sitúa el recorte del indicador de producción industrial en el 2,4%, no descarta que pueda llegar a bajar seis puntos básicos. El consumo también mantiene una tónica negativa. La estadística sobre los resultados de las grandes empresas (unas 35.000, que facturan más de seis millones al año) revela que sus ventas interiores se desplomaron un 6,2% en mayo, el doble del bajón que sufrieron en el primer trimestre. A todo ello se unió el aumento del paro en junio, la primera vez que esto ocurría desde la recesión económica de 1993. Los técnicos del banco no dudan en hablar de una «ralentización severa» que se extienden por casi todos los sectores y que, en el caso del mercado de trabajo, se prolongará durante los próximos meses sin poder señalar cuántos.
Por debajo de cero
Este escenario es el que ha determinado, según el BBVA, que el PIB se haya estancado de abril a junio, sin descartar incluso que creciera «levemente por debajo de cero». De confirmarse estos datos, el país estaría casi a las puertas de la recesión económica de la que algunos vienen hablando hace tiempo, si bien en términos técnicos aún se encontraría a una relativa distancia pues para ello sería preciso que el PIB registrase dos trimestres consecutivos con resultados negativos.Eso es precisamente lo que el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, teme que ocurra entre finales de este año y principios del próximo. Durante su intervención en el octavo encuentro financiero organizado por la entidad, sorprendió a los presentes con su estimación personal de que «cabe la posibilidad» de que se registren crecimientos «nulos» en el segundo y tercer trimestres, para terminar con 'números rojos' en el cuarto. Este escenario, no obstante, parece el más pesimista posible en estos momentos y convertiría en 'papel mojado' todas las previsiones macroeconómicas, incluidas las de la propia caja, que prevén un aumento del 1,5% para el PIB en 2008 y de apenas el 0,8% en 2009. No obstante, el consenso del panel de 14 analistas e instituciones consultados por Funcas sitúa la media del avance en un 1,7% para este año y 1% para el próximo, claramente inferiores a los cálculos oficiales del Gobierno, incluso aunque éste los vaya a revisar a la baja a finales de mes.
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