Fuente: Diario Sur.
Solbes recuerda que hay otras opciones para los sectores más afectados
El Banco Central Europeo festejó ayer el décimo aniversario de su creación con una magna celebración en la Opera de Francfort, pero la gran fiesta quedó empañada por los elevados precios del combustible y los alimentos y por una acalorada discusión de los ministros de Finanzas de los 15 países de la eurozona, que rechazaron una propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, destinada a rebajar la fiscalidad de los productos energéticos para afrontar el alza de precios del petróleo. En su encuentro mensual, celebrado esta vez en la sede del BCE con motivo de la celebración del décimo aniversario de la institución, los ministros terminaron inclinándose a la sugerencia formulada por Peer Steinbrück, quien dijo que el grupo debía evitar actuar políticamente o intentar intervenir. Su obligación es respetar la llamada declaración de Manchester, afirmó.En septiembre de 2005, los ministros europeos de Finanzas reunidos en la ciudad inglesa decidieron no reaccionar a la subida de los precios energéticos con cambios impositivos. Los ministros de Finanzas español y holandés, Pedro Solbes y Wouter Bos, se sumaron a la postura defendida por el alemán y recordaron su apego al acuerdo.«Francia ya tiene algunos problemas para mantener su presupuesto en orden. Reducir los impuestos no va a facilitar necesariamente la cosa para ellos», añadió Bos, en una referencia directa al país europeo que ha tomado la iniciativa de incidir en la fiscalidad común. El rechazo formal a la propuesta de Sarkozy se hizo público durante una rueda de prensa donde el presidente del Eurogrupo, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, destacó que no «existía ningún elemento» que indique que el precio del petróleo pueda corregirse a la baja y que no tenía sentido aplicar medidas fiscales.Sectores vulnerablesJuncker sugirió que era necesario reflexionar sobre nuevas medidas destinadas a aligerar la carga que supone a los colectivos más vulnerables al encarecimiento de los productos energéticos. «El presidente de Francia ha mencionado un problema real», dijo Juncker, para señalar a continuación que la Comisión Europea y los estados miembros de la Unión reflexionarían, ante de la próxima cumbre, los días 19 y 20 de junio en Bruselas, sobre un cierto número de acciones políticas que se podrían poner en marcha para aliviar la carga que supone el alto precio de los combustibles.En esa línea, el vicepresidente económico español, Pedro Solbes, reiteró que se pueden aplicar otras medidas para ayudar a los sectores más afectados. Recordó que el Ejecutivo está negociando con transportistas y pescadores, y también ha recibido peticiones de ayuda de sector agrario. En la pesca, evocó, la UE permite a los Estados conceder ayudas 'de minimis' con un límite de 30.000 euros por empresa.El Comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, recordó por su parte que el acuerdo de Manchester recoge la posibilidad de ayudar a los colectivos y sectores más vulnerables, pero advirtió que cualquier tipo de ayuda debía ser temporal.
Solbes recuerda que hay otras opciones para los sectores más afectados
El Banco Central Europeo festejó ayer el décimo aniversario de su creación con una magna celebración en la Opera de Francfort, pero la gran fiesta quedó empañada por los elevados precios del combustible y los alimentos y por una acalorada discusión de los ministros de Finanzas de los 15 países de la eurozona, que rechazaron una propuesta del presidente francés, Nicolas Sarkozy, destinada a rebajar la fiscalidad de los productos energéticos para afrontar el alza de precios del petróleo. En su encuentro mensual, celebrado esta vez en la sede del BCE con motivo de la celebración del décimo aniversario de la institución, los ministros terminaron inclinándose a la sugerencia formulada por Peer Steinbrück, quien dijo que el grupo debía evitar actuar políticamente o intentar intervenir. Su obligación es respetar la llamada declaración de Manchester, afirmó.En septiembre de 2005, los ministros europeos de Finanzas reunidos en la ciudad inglesa decidieron no reaccionar a la subida de los precios energéticos con cambios impositivos. Los ministros de Finanzas español y holandés, Pedro Solbes y Wouter Bos, se sumaron a la postura defendida por el alemán y recordaron su apego al acuerdo.«Francia ya tiene algunos problemas para mantener su presupuesto en orden. Reducir los impuestos no va a facilitar necesariamente la cosa para ellos», añadió Bos, en una referencia directa al país europeo que ha tomado la iniciativa de incidir en la fiscalidad común. El rechazo formal a la propuesta de Sarkozy se hizo público durante una rueda de prensa donde el presidente del Eurogrupo, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, destacó que no «existía ningún elemento» que indique que el precio del petróleo pueda corregirse a la baja y que no tenía sentido aplicar medidas fiscales.Sectores vulnerablesJuncker sugirió que era necesario reflexionar sobre nuevas medidas destinadas a aligerar la carga que supone a los colectivos más vulnerables al encarecimiento de los productos energéticos. «El presidente de Francia ha mencionado un problema real», dijo Juncker, para señalar a continuación que la Comisión Europea y los estados miembros de la Unión reflexionarían, ante de la próxima cumbre, los días 19 y 20 de junio en Bruselas, sobre un cierto número de acciones políticas que se podrían poner en marcha para aliviar la carga que supone el alto precio de los combustibles.En esa línea, el vicepresidente económico español, Pedro Solbes, reiteró que se pueden aplicar otras medidas para ayudar a los sectores más afectados. Recordó que el Ejecutivo está negociando con transportistas y pescadores, y también ha recibido peticiones de ayuda de sector agrario. En la pesca, evocó, la UE permite a los Estados conceder ayudas 'de minimis' con un límite de 30.000 euros por empresa.El Comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, recordó por su parte que el acuerdo de Manchester recoge la posibilidad de ayudar a los colectivos y sectores más vulnerables, pero advirtió que cualquier tipo de ayuda debía ser temporal.
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